Por Anne-Sophie
¿Cuántas veces das por hecho un pensamiento y te lo repites una y otra vez? Sin saber de dónde viene este pensamiento, sin saber si éste sigue teniendo sentido para ti. ¿Este pensamiento que tienes de forma tan recurrente, tan “innata” te aporta paz y disfrute o limita tu naturaleza?
La manera en que nos hablamos es clave e indispensable para nuestra armonía, paz mental y amor propio. Solemos acoger pensamientos, ideas y verdades que no tienen por qué ser nuestras.
Enseñar a cuestionar los pensamientos es mi pasión y mi misión porque sé que esa herramienta es clave para sentirnos más felices. Por ello, hoy os traigo una pequeña Guía para cuestionar los pensamientos que te impiden sentir paz y disfrute.
Sufrimos cada vez que nos creemos un pensamiento que nos perturba o nos bloquea. Siempre digo que solo podemos amar y disfrutar si nos deja la mente. Por lo general, la realidad es como es y según nuestras interpretaciones, la rechazamos o la disfrutamos.
Por ejemplo, si llueve, no es el hecho de que esté lloviendo lo que nos impide disfrutar, sino el pensamiento “no quiero que llueva.”
Si sientes rabia, miedo, envidia, vergüenza, desesperanza en una situación determinada, el primer paso es dejar de pensar: “No debería sentir eso.” y el segundo paso es averiguar cuál es la creencia o pensamiento que estás creyendo justo antes de sentir eso.
Una buena idea es escribirlo y preguntarte: “Ese pensamiento, ¿me da paz o me la quita? Si el pensamiento te estresa o te impide ser feliz, te recomiendo cuestionarlo según el método siguiente, inspirado en “El Trabajo” de Biron Katie.
Primero, tómate un tiempo para visualizar en tu mente la situación concreta y anota el pensamiento que quieres cuestionar. Por ejemplo, “Juan me juzga.”
Luego, explora las siguientes preguntas e inversiones.
- ¿Es verdad?
- ¿Puedo estar 100% segur@? ¿Qué hechos han pasado que confirmen este pensamiento?
- ¿Cómo reacciono cuando me creo este pensamiento? ¿Qué me aporta tener este pensamiento?
¿Qué me quita? ¿Qué me impide ver, hacer o sentir en esta situación? ¿Puedo hacer algo para cambiar esta situación? ¿Depende de mí?
- ¿Quién sería yo sin el pensamiento en la misma situación? ¿Cómo viviría esta situación y cómo me sentiría sin ese pensamiento?
- Inversión: Le doy la vuelta al pensamiento y escribo todo lo contrario.
1º Hacía mi. (Por ejemplo: Yo me juzgo)
2º Todo lo contrario (Por ejemplo: Juan no me juzga.)
3º Yo hacía el otro (Por ejemplo: Yo le juzgo a él.)
En cada inversión, me pregunto: ¿Por qué también es verdad en esta situación?
Busco tres ejemplos que muestran que también es verdad.
- ¿Qué hay de bueno aquí que no estoy viendo? ¿Hay otra manera de ver esta situación?
- ¿Qué pequeño pensamiento me sentaría mejor ahora?
Espero que esta guía te sirva. Si deseas sentirte acompañado, te doy la mano para aprender a utilizar la herramienta y poder volver a tu paz más fácilmente.