El Emperador en el Tarot
El Emperador tiene asociado el número IV, simbolizado por la figura geométrica del cuadrado. Esta figura es sinónimo de estabilidad, orden, estructura y sentido práctico. El número cuatro es robusto, estable, y sólido.
Este arquetipo es la figura con capacidad de mando que organiza, pone orden, y establece los límites. Suele representar personajes con poder o con autoridad. El Emperador es estructurado, fuerte, determinado, voluntarioso y tozudo. Posee una gran capacidad para mantener las cosas bajo control.
Así como la Emperatriz representa la energía femenina o yin, el Emperador es el representante de la energía masculina o yang. La energía yang se caracteriza por ser activa, decidida, firme y con capacidad de acción.
El color rojo predomina en la carta reflejando pasión, vitalidad, fuerza, coraje y determinación. Se trata de un Emperador justo, que protege a los suyos, a los demás, para que tengan sus necesidades cubiertas.
El Emperador te dice que es momento de coger la sartén por el mango y organizarte bien para conseguir tus objetivos. No evadas tus responsabilidades. Es momento de enfrentarte a ellas y poner capacidad de trabajo en todo lo que hagas.
¿Cómo trabajar la carta de El Emperador en el Tarot?
El viaje por los arcanos del Tarot es un viaje de conocimiento interior, una aventura y un camino hacia uno mismo. A continuación te proponemos algunos ejercicios para interiorizar cada carta. Es importante que no los hagas todos de golpe. Dedica el tiempo que necesites a cada arcano y hazlo cuando lo sientas. Respeta y sigue tu tiempo interior.
- Dedica tiempo a ver qué áreas de tu vida puede que estén algo fuera de control y necesiten de tu organización y estructura.
- Reflexiona acerca de cómo asumes tus responsabilidades y con cuánta fuerza y pasión luchas para conseguir tus objetivos.
22 Arcanos Mayores en el Tarot
- El Mago: iniciativa, oportunidades, habilidades, recursos, creatividad, comunicación.
- La Suma Sacerdotisa: intuición, vida interior, prudencia, silencio, paciencia.
- La Emperatriz: abundancia, creatividad, sociable, sensualidad, seducción, madre.
- El Emperador: control, responsabilidad, poder, organización, límites, capacidad de trabajo, jefe, padre.
- El Sumo Sacerdote: sabiduría, consejo, especialista, experto, maestro, mediador, creencias.
- Los Enamorados: amor, decisiones, opciones, belleza, armonía, compromiso.
- El Carro: movimiento, juventud, acción, viaje, triunfo, confianza y seguridad.
- La Fuerza: fortaleza, problemas, conflictos, control de los instintos, diplomacia, mano izquierda.
- El Ermitaño: experiencia, voluntad, conocimiento interior, soledad, perseverancia, lentitud.
- La Rueda de la Fortuna: oportunidades, sucesos inesperados, evolución.
- La Justicia: justicia, ajuste, objetividad, equilibrio, integridad, rigidez.
- El Colgado: sacrificio, entrega, otro punto de vista, parón, renuncia.
- La Muerte: cambio radical, transformación, reciclaje, transición.
- La Templanza: comunicación, armonía, adaptabilidad, moderación, equilibrio, tolerancia.
- El Diablo: instintos, riesgo, excesos, adicciones, seducción, astucia, egoísmo.
- La Torre: liberación, imprevistos, inmuebles, destrucción y construcción.
- La Estrella: ilusiones, esperanza, fe, renacimiento, pureza, nuevas oportunidades.
- La Luna: miedos, dudas, inseguridades, inconsciente, intuición.
- El Sol: éxito, felicidad, brillo, calidez, amistad, claridad, confianza, verano.
- El Juicio: tomar conciencia, situaciones del pasado, replantear, hacer inventario, situaciones cíclicas.
- El Mundo: éxito, realización personal, logro, extranjero.
- El Loco: aventuras, creatividad, libertad, independencia, cosas pasajeras o temporales.